La máquina del tiempo del sr. Wert
Podría ser el título de una película, verdad?
Ya conocéis el dicho: -A veces la realidad, supera a la ficción...
No sé la edad que tiene el señor Wert, pero está claro que añora los años que pasó en el Colegio del Pilar. Colegio marianista, concertado, y que casualmente ha contribuido a la educación de algunos de los grandes de España, Alberto Cortina, Luis María Ansón, Juan Villalonga y el gran José María Aznar.
Me los imagino a todos en el patio de la escuela, con los mocos colgando, rezando en silencio y rogándole a Dios que les otorgue un cum laude.
Ya estaréis al tanto de la majestuosa y aclamada reforma de educación, planificada, estudiada y democráticamente consensuada, con la que el señor Wert pretende que nuestros hijos, aquellos que serán el sustento de mañana, tengan una mayor preparación y mejores oportunidades de las que tuvimos las generaciones precedentes.
He intentado hacerme con la dirección de ese gran visionario, para mostrarle todos mis respetos...
Yo al igual que Wert, fui a un colegio concertado y católico. Al llegar cada mañana, coreábamos con nuestras voces tempranas (imaginad!), un padrenuestro que se emitía a través de los altavoces, colocados estratégicamente en cada aula y en los pasillos (ni las que llegaban tarde se libraban...).
La clase albergaba a unas cuarenta niñas (habéis leído bien... se convirtió en colegio mixto cuando yo ya cursaba octavo de EGB), con nuestros uniformes almidonados, fríos en invierno y horriblementes calurosos en verano... con un profesorado hecho a la medida ideológica del centro.
Recuerdo el día en que me invitaron a visitar el despacho de la madre directora. Mi pecado? Anunciar a mis trece años, que no bautizaría a mis futuros hijos, que les daría la oportunidad de elegir sus creencias...
La mayoría de mis compañeras, eran hijas de migrantes, personas que, como mis padres, abandonaron su región para establecerse en una Catalunya que les acogió, les dio trabajo y una oportunidad para sus descendientes. Pues bien! Mi formación en catalán era inexistente. Consistía en un par de horas semanales a cargo de doña Tecla, una señora que luchaba contra la jubilación y a la que, ni las gafas de culo de vaso, le permitían ver los libros descaradamente abiertos, mientras nos dedicábamos a copiar en los exámenes.
Consecuencia: Me muero de la vergüenza por no hablar bien uno de mis idiomas, aunque jamás he tenido problemas en comunicarme en un castellano que me hace sentir más segura.
Y ahora os enojaréis los que creéis que el catalán no es un idioma, y sé que también estaré ofendiendo a los que consideran el catalán como el único idioma... Lo siento. Yo creo en la pluralidad...
Mi hijo tiene la gran suerte de estar formándose en un ambiente laico, con la libertad de expresar que él cree en las células y no en Dios, plural en idiomas (incluido inglés desde los tres años), con nombre propio en una clase de veintitrés escolares, niños, niñas, algunos con diferencias culturales que le permite conocer otros mundos sin levantarse del pupitre, evaluado por docentes que conocen sus capacidades, mi hijo tiene la equipación del Barça y del Español, mi hijo se sorprende cuando le explico como era mi escuela...
Ahora cómo le explico, qué el señor Wert se ha metido a diseñador. Un diseñador de los que creen, que en la moda todo vuelve.
Ya conocéis el dicho: -A veces la realidad, supera a la ficción...
No sé la edad que tiene el señor Wert, pero está claro que añora los años que pasó en el Colegio del Pilar. Colegio marianista, concertado, y que casualmente ha contribuido a la educación de algunos de los grandes de España, Alberto Cortina, Luis María Ansón, Juan Villalonga y el gran José María Aznar.
Me los imagino a todos en el patio de la escuela, con los mocos colgando, rezando en silencio y rogándole a Dios que les otorgue un cum laude.
Ya estaréis al tanto de la majestuosa y aclamada reforma de educación, planificada, estudiada y democráticamente consensuada, con la que el señor Wert pretende que nuestros hijos, aquellos que serán el sustento de mañana, tengan una mayor preparación y mejores oportunidades de las que tuvimos las generaciones precedentes.
He intentado hacerme con la dirección de ese gran visionario, para mostrarle todos mis respetos...
Yo al igual que Wert, fui a un colegio concertado y católico. Al llegar cada mañana, coreábamos con nuestras voces tempranas (imaginad!), un padrenuestro que se emitía a través de los altavoces, colocados estratégicamente en cada aula y en los pasillos (ni las que llegaban tarde se libraban...).
La clase albergaba a unas cuarenta niñas (habéis leído bien... se convirtió en colegio mixto cuando yo ya cursaba octavo de EGB), con nuestros uniformes almidonados, fríos en invierno y horriblementes calurosos en verano... con un profesorado hecho a la medida ideológica del centro.
Recuerdo el día en que me invitaron a visitar el despacho de la madre directora. Mi pecado? Anunciar a mis trece años, que no bautizaría a mis futuros hijos, que les daría la oportunidad de elegir sus creencias...
La mayoría de mis compañeras, eran hijas de migrantes, personas que, como mis padres, abandonaron su región para establecerse en una Catalunya que les acogió, les dio trabajo y una oportunidad para sus descendientes. Pues bien! Mi formación en catalán era inexistente. Consistía en un par de horas semanales a cargo de doña Tecla, una señora que luchaba contra la jubilación y a la que, ni las gafas de culo de vaso, le permitían ver los libros descaradamente abiertos, mientras nos dedicábamos a copiar en los exámenes.
Consecuencia: Me muero de la vergüenza por no hablar bien uno de mis idiomas, aunque jamás he tenido problemas en comunicarme en un castellano que me hace sentir más segura.
Y ahora os enojaréis los que creéis que el catalán no es un idioma, y sé que también estaré ofendiendo a los que consideran el catalán como el único idioma... Lo siento. Yo creo en la pluralidad...
Mi hijo tiene la gran suerte de estar formándose en un ambiente laico, con la libertad de expresar que él cree en las células y no en Dios, plural en idiomas (incluido inglés desde los tres años), con nombre propio en una clase de veintitrés escolares, niños, niñas, algunos con diferencias culturales que le permite conocer otros mundos sin levantarse del pupitre, evaluado por docentes que conocen sus capacidades, mi hijo tiene la equipación del Barça y del Español, mi hijo se sorprende cuando le explico como era mi escuela...
Ahora cómo le explico, qué el señor Wert se ha metido a diseñador. Un diseñador de los que creen, que en la moda todo vuelve.
NO A LA LEY WERT!!
Sí al Catalán libre, no a la religión impuesta, sí a un profesorado de calidad, no a la ocupación masiva de alumnos, sí a las oportunidades de elección, no a la evaluación privada.
Sí a una reforma, dónde el objetivo sea dar herramientas a los que contribuyen a formar a los niños del mañana.
100% de acuerdo, has descrito a la perfección el ambiente escolar en el que vivíamos, en Andalucía no tenemos el problema del idioma, pero si así fuera ¿porque no defenderlo?, en la variedad está la riqueza de un país
ResponderEliminar.
Besos
Mercedes, estoy orgullosísima de tener seguidores cómo tú! Tenía mis dudas al escribir este post, no estaba segura de si se entendería mi postura frente al idioma. Tal y cómo están las cosas por Catalunya, esperaba que el resto de España no lo entendiera... Gracias!!! Un beso!
EliminarMadre mía Nuri! al leer el post he vuelto de un plumazo al patio de mi primer cole el C.P. Cervantes, en la baja de San Pedro (ahora S. Pere mes Baix) era un colegio público pero también se rezaba y se "invitaba" a aprender con un tirón de orejas... de vez en cuando... Que curioso que cuando mis padres se trasladaron a Cangas, un precioso pueblo en las Rías Baixas, mis notas pasaron de mediocres a notables y sobresalientes... sería que aquí no eran tan...intensivos...
ResponderEliminarLo de la religión es algo que me indigna,(y lo dice una alumna de sobresaliente en la materia) me parece que debería estar fuera de la educación, pero eso veo que va a ser algo para sumar a la lista de los Reyes Magos...je,je,je
Fuera bromas, de verdad que en este Bendito país no sabemos dejar de jugar con la clave de su desarrollo, la formación de nuestros hijos es algo demasiado importante como para jugar con ella de adelante a atrás cada legislatura!!! QUE VERGÜENZA!!!
Y lo del idioma?(...) aquí Feijó quiso convertir en un problema algo que no lo era, pero que problema habrá en aprender uno, dos, tres o cinco idiomas!!! si es una riqueza, pero como no es de las que se traduce en números ni en producto interior bruto, ya se sabe, no interesa...
Un saludo y Me sumo al NO!!!
Hola Neli. Me alegra ver cómo las personas, se suman positivamente a algo, que los medios de comunicación tratan de ensuciar. El tema del idioma parece ser algo demasiado importante, cuando se utiliza de ciertas maneras... politicamente hablando. Cuando en realidad es más simple de lo que queremos ver. Hay muchos caminos para reforzar la formación en las aulas, lástima que sólo contemplen aquellas que causan, aún más, la separación social. Por qué?
EliminarAparte de la del señor Wert :) ...
ResponderEliminarLa Máquina del tiempo y la historia fractal es un resumen de las teorías más actuales sobre la naturaleza del tiempo y de su posible manipulación. http://www.verfractal.es/2013/01/la-maquina-del-tiempo-y-la-historia.html
Un saludo.