El tiempo y sus promesas

A los cinco años, miraba desde abajo a ese mundo "loco" llamado adultos.

Envidiaba a las chicas de último curso del desaparecido EGB, que salían con chicos al salir de clase, mientras a mi me esperaba mamá, para cogerme de la mano al cruzar. 

Definitivamente, quería ser mayor YA! (santa inocencia!)

A los quince, con las hormonas alteradas, mi única preocupación era, dónde meter ese pecho enorme  en los mini tops de los 90 (sabéis lo que es intentar mantener una conversación, mientras tu interlocutor masculino sólo te mira las tetas?), si me pedirían el DNI a la entrada de la "Disco", si conseguiría disimular el último grano antes de la gran cita. 

A los veinticinco trabajaba (mucho, demasiado! todo era poco para aprender más y más, para demostrar más y más y más -esto se merecía un más más), con un pisito (ese altruismo mio en donar sangre al Banco), con novio formal y ahorrillos justos para invertirlos en mi ático (sí señoras, tengo un ático todo exterior! pero antes han de subir los cuatro pisos.... por las escaleras!!). 

Ya me veía a los treinta y cinco, al frente de un departamento de diseño, con dos niños y camino del tercero, con mis cremas de marca, de noche, de mañana, sonriendo con modestia cuando se sorprendieran de mi edad, estilosa, con señora de limpieza, buscando casa después de liquidar la hipoteca del "piso de paso", feliz y enamorada...

Y aquí estoy! A mis treinta y... (antes muerta que confesarlo!) en mi ático que quiere convertirse en el protagonista de la secuela "Esta casa es una ruina", con sus cuatro pisos (que me ahorran el gimnasio, no veáis la de steps que hago!), en paro (quizás agoté mis horas de empleo en los veinte... me concederían la jubilación ya? mmmm), con mi niño que me quiere sin condiciones, al que no le importa que su mami no tenga una piel tersa y joven (definitivamente, las cremas del super no son lo mismo), con mis primeras canas, una barriguita "sexy" (mejor llamarla así, no?), y con una vida sentimental que merece un blog aparte. En fin! Comenzando de nuevo, reinventándome,... Esa soy yo!